Guillermo del Toro está haciendo su circo 🎪

Con Nightmare Alley, Guillermo del Toro se interesa por la monstruosidad humana en una reinterpretación de la película de Edmund Goulding: The Charlatan. Después de La forma del agua, ¿ha perdido el toque el director? Crítico.
4 años después de La forma del agua, Guillermo del Toro vuelve a dirigir una nueva película de género. El cineasta adapta esta vez una novela de William Lindsay Gresham, llamada The Charlatan. No es la primera vez que esta historia se lleva a la pantalla, pues ya había sido objeto de una película en 1947, dirigida por Edmund Goulding.
La historia sigue al carismático Stanton Carlisle, un joven y ambicioso showman capaz de provocar y manipular a la gente gracias a su talento para el verbo. En el apogeo de su gloria, unirá fuerzas con un psiquiatra aún más peligroso que él y estafará a un hombre muy rico y poderoso. Pero al volar demasiado cerca del Sol, ¿este Ícaro quemará sus alas?
Monstruos para la inspiración
Las relecturas de clásicos del 7º arte son legión en Hollywood. Bradley Cooper, quien interpreta al personaje principal, también está familiarizado con él desde que dirigió Ha nacido una estrella en 2018, un reinicio de la película homónima de William A. Wellman. Frente a la cámara de Guillermo del Toro, prueba suerte con el cine negro sumergiéndonos en la América de los años 40, fascinados por criaturas aterradoras e inusuales.
En la línea de Freaks, otro monumento del cine de género, Nightmare Alley combina los códigos de la fantasía con los del cine negro para escenificar la monstruosidad con M mayúscula. de una sociedad de creencias. Temas muy contemporáneos, que permiten que la narración ofrezca algunos estallidos de modernidad.
Créditos: 20th Century Studios
Porque sí, a grandes rasgos, Nightmare Alley es muy fiel al original. Del Toro, acompañado de Kim Morgan (The Forbidden Room) muy pocas veces se desvía de su material básico, pero cuando se toma algunas libertades es para construir mejor su doble lectura y transportar la obra a nuestras sociedades contemporáneas. El espectáculo se vuelve entonces más delicioso, una especie de circo de tamaño natural dirigido con mano magistral por el leal caballero Guillermo del Toro.
Aún así, en sus inicios, la película arrastra a veces un poco de extensión, una lentitud de narración necesaria para la construcción de la historia y que permite añadir un poco de densidad al personaje principal y explicar su desastroso destino.
Su último acto consigue sin embargo hacer olvidar las pocas debilidades del comienzo, con un final más trágico que el original y que quiere ser el reflejo de la vacuidad humana. Un tour de force de guión que, sumado al marcado gusto del director por el gore y la violencia, consigue dar cuerpo a esta fábula de monstruos.
Un elenco monstruoso
Y los monstruos son numerosos en Nightmare Alley, todos increíblemente encarnados por un elenco impecable. Bradley Cooper ofrece una interpretación impecable de Stanton Carlisle, una personalidad tan cautivadora como aterradora. No se salva del director, que muy raramente mira con ternura a sus personajes. La única protagonista que escapa a este tratamiento cínico, Molly acampada por Rooney Mara que quiere ser la encarnación de una pureza que podría ser la única capaz de impedir el vaivén del personaje de Bradley Cooper.
Créditos: 20th Century Studios
Cate Blanchett, cuyo talento ya no está por demostrar, también hace una demostración de fuerza con su encarnación de una femme fatale en todos los sentidos de la palabra. También cabe señalar que Willem Dafoe no ha perdido nada de su soberbia, incluso si no es un elemento central de la trama. Consigue dar la intensidad dramática necesaria a ciertas escenas de enfrentamiento con Stanton.
Homenaje al 7º arte
Guillermo sabe dirigir, de eso no hay duda. El cineasta presta especial atención a su encuadre y su iluminación, aquí firmada por Dan Laustsen. Nightmare Alley no es una excepción, todo claroscuro. La forma en que captura los escenarios polvorientos del parque de atracciones permite que la película adopte toda su dimensión de fantasía. También se divierte en un universo más urbano y logra transcribir fielmente el paso al terror que se produce a mitad de la película. Un ambiente controlado en todo momento.
Sin embargo, parece estar contenido y nunca se desvía del camino trillado. Una producción en las uñas que tiene éxito pero que a veces carece del toque de poesía y locura que hizo el éxito de La Forme de L’eau. Esto es particularmente cierto en la última parte de la película, que adopta una atmósfera más oscura propia de las películas del género, sin llegar a liberarse realmente de ella.
Créditos: 20th Century Studios
Finalmente, terminaremos con la música de Nathan Johnson. Después de Alexandre Desplat, el cineasta une fuerzas con el compositor de la banda sonora de Knives Out para esta nueva película. Una colaboración que da sus frutos. La música rinde homenaje a la de las películas negras, y logra subrayar la historia con precisión. A veces chirriante, a veces más melódica, la partitura del compositor multiplica los destellos.
El nuevo largometraje de Guillermo del Toro es una acertada reinterpretación de un clásico del 7º arte. Nightmare Alley bien podría encontrar un lugar de elección en la ceremonia de los Oscar 2022. El director demuestra una vez más que es un referente del cine de género.